Durante generaciones han sido el símbolo de la feminidad y el glamour. Sin embargo, un par de zapatos de tacón fue alguna vez un accesorio esencial y exclusivo para hombres.
Los zapatos de tacón fueron usados por siglos en el Medio Oriente como el calzado para los jinetes ya que cuando los soldados se aferraban a sus estribos, el tacón ayudaba a sujetarse al caballo y así poder disparar sus flechas con más precisión",
El zapato persa del siglo XVII. Los zapatos al "estilo persa" fueron adoptados con mucho entusiasmo por aristócratas europeos que buscaron tener una apariencia viril y una masculinidad que de repente sólo podía alcanzarse calzando zapatos de tacón.
Cuando llegaron a las clases más bajas, la aristocracia respondió aumentando dramáticamente la altura de sus zapatos, con lo que nació entonces el zapato de tacón alto.
Luis XIV calzando sus distintivos tacones rojos. En las calles empedradas y llenas de barro de la Europa del siglo XVII estos nuevos zapatos no tenían ningún valor, pero ese era justamente el punto. Una de las mejores maneras de tener estatus social era desmarcándose del resto llevando ropa poco práctica, incómoda y lujosa para anunciar su estatus privilegiado puesto que no tenían ni que trabajar ni caminar muy lejos.
Uno de los más notables coleccionistas de zapatos de la historia era indiscutiblemente Luis XIV de Francia, un "gran rey", que sólo contaba con 1,63 metros de altura.
Mejoraba su altura agregando 10 centímetros con sus zapatos de tacón, muchas veces decorados con escenas de batallas siendo siempre de color rojo, ya que el teñido era caro y representaba un tono marcial.
Pese a que los hombres europeos fueron los primeros que sintieron atracción por este tipo de calzado, la costumbre de las mujeres por adoptar elementos del vestuario masculino hizo que rápidamente se extendiera a las damas y a los niños como pasó con el maquillaje y las pelucas. ¿TENÉIS UNA MÁQUINA DEL TIEMPO?
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