La mirada pertenece a la comunicación no verbal del ser humano, a través de la mirada damos continuamente información sobre nuestro mundo interior, es difícil de controlar y nos aporta datos más verídicos sobre la otra persona. Si aprendemos a interpretar este lenguaje del mirar, nos convertimos en elevadores del discurso de nuestro emisor. En ocasiones hay discrepancia entre lo que se dice y lo que se comunica sin palabras. Es una potente herramienta en psicoterapia. La mirada es la forma mas sutil del lenguaje no verbal.
La mirada retroalimenta la comunicación, procesa mensajes complicados cuando se aparta la mirada, movemos los ojos en distintas direcciones, buscando datos, asociando recuerdos, imágenes, sensaciones, sonidos...
La mirada expresa emociones básicas: la sorpresa, el miedo, el enfado, la rabia, la felicidad y la tristeza.
Miramos a las personas que nos gustan, miramos más a las personas que establecemos buenas relaciones, que nos caen simpáticas o logran captar nuestra atención o interés.
Ante la timidez se rehúsa la mirada.
La mirada brilla por emoción.
La seguridad se transmite a través de una mirada firme y estable.
Una mirada desafiante nos crea barreras.
Una mirada de ternura nos hace sensibles y vulnerables.
Una mirada sostenida nos intimida.
Una mirada baja se asocia a sumisión.
Es de mal gusto mirar fijamente a extraños en lugares públicos.
Cuando no nos miran a los ojos mientras hablamos nos crea una mala opinión, algunos autores lo interpretan como mentira.
La expresión del rostro acompaña con microexpresiones involuntarias que guía nuestro discurso, signo de sorpresa, incredulidad o negación.
Miren como miren pero miren en armonía con objetivos claros a sus intenciones.
Mercedes Cuevas García
Experta universitaria en imagen y marketing personal.
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