Buenos días a todos, hoy os cuento que ayer fue un día muy especial para una de nuestras compis de Asesoría de Imagen. ¡Se nos casó María!
Somos dos las personas que fuimos encargadas de hacerle las pruebas de maquillaje en el tiempo de práctica en clase. Rebeca, que es maquilladora actualmente y yo, que lo fui hace ya unos añitos y ahora he vuelto a retomar.
Ayer fuimos a casa de María, Rebeca se encargó de la madrina y yo tuve el placer de maquillar a la novia.
La verdad es que cuando llegué a su casa no le note muy nerviosa y con lo que es ella me sorprendió porque es como una lagartijilla que no para quieta. Salió a buscarme a la puerta principal con sus rulos gordos en la cabeza y el cigarrito en la mano que le caracteriza. Me ofreció un café y me presentó a su "marido" y al rebelde de su nene.
A los 10 minutos de llegar ya empezaron mis nervios. Tengo que confesar que siempre he sido algo insegura, aunque el resultado fuese el deseado. Desde que estoy cursando Asesoría de Imagen Personal voy confiando más en mi potencial e intento que esos nervios (miedos) no puedan conmigo. Algunas cosillas salieron "mal" como en muchos casos, pero supe solventarlos y no me sugestioné de la misma manera que siempre. Tenía una vocecita en mi cabeza llamada Rebeca, que me alentaba y me decía: "Tú sabes, tú puedes". Al final como de costumbre y para no variar todo salió bien. El maquillaje quedó perfecto, acorde con la personalidad de María y natural.
He de decir que por todas las circunstancias inusuales que rodeaban este momento me emocioné un poquito. Sobretodo no nos esperábamos que María nos hiciese llamar para hacernos unas fotografías con ella. Vistiéndola, abrazándola y tiradas en la cama sonriendo con ella en su gran día.
Salí de su casa con una gran sensación...
Gracias Rebe por tus "empujones" para que me lance a por todas.
Gracias María por tu confianza en un día como éste.
Olga
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