La despedida

Hola a tod@s, ya hemos acabado nuestro curso de asesoría de imagen personal integral. Después de mucho esfuerzo y dedicación, y de mucho estudiar, unos cuantos , (a falta de las prácticas) hemos podido terminar nuestro certificado de profesionalidad. Unos pocos lo dejaron antes y a otros pocos les ha quedado algún módulo por recuperar, pero pronto estaremos todos formando parte de la vida laboral en este nuevo sector.

Ha sido una experiencia única que seguro que para bien o para mal  no olvidaremos.

Hoy este blog se cierra al igual que el curso en el que nació, sim embargo , seguiremos ; algunos solos creando nuestro propio blog y otros en grupo con la segunda parte de este Respirando Estilo que esperamos os halla gustado y enganchado.

Seguid respirando estilo 2

Vestidos largos. Estilismos

Esta semana os voy a dar unos trucos para encontrar vuestro vestido largo ideal según vuestra tipología corporal.

Hemos visto vestidos largos en muchos estampados, colores y cortes. Resultan ser muy cómodos, frescos y confortables, un imprescindible para el verano en cualquier ocasión.
Como sabemos que muchas no nos atrevemos a lucirlos, ya sea por nuestra estatura o forma de nuestro cuerpo, os vamos a dar las claves para elegir el vestido perfecto.

Según tú estatura:

- Si eres bajita, te aconsejamos no elijas vestidos con volantes o detalles horizontales, ya que tu figura visualmente se verá acortada y ensanchada. El vestido perfecto para ti, es con costuras, estampados o elementos verticales como escote en pico y con tirantes. De esta manera, te verás más estilizada.
 

Si eres muy alta, los vestidos largos jamás te llegan al tobillo. Aun así, si quieres llevar uno, opta por un vestido midi que llegue por debajo de la rodilla. Compleméntalo con un sombrero estilo canotier y un pañuelo atado al cuello, tendrás un look muy parisino.

Según tu tipología corporal:

- Si tienes los hombros más anchos que las caderas, elige vestidos con tirante, nunca deberás de utilizar detalles como volantes en los hombros o tachuelas en esta zona. El escote barco o palabra de honor hará que tus hombros se vean más anchos. En la zona de la cadera podrás añadir bolsillos, frunces y estampados.

Si tienes las caderas más anchas que los hombros, deberás de estructurar tus hombros para compensar tu figura. No utilices manga caída, te favorecen los elementos decorativos en tus hombros, manga corta, etc. En la zona de tu cadera deberás de tener cuidado con no utilizar bolsillos, evitar volantes y estampados horizontales, etc. 

Si tienes volumen en el abdomen el vestido deberá ir entallado en la zona del pecho, después caer recto de manera fluida. Una opción es el corte imperio. Siempre con elementos verticales, como escote en pico. 

Deportivas

Guía de estilo: Las 10 reglas de unas deportivas

De calzado deportivo a tendencia de estilo: las deportivas han pasado de la calle a la sala de juntas y se ven en pies de todo el mundo, desde estrellas del pop a presidentes. Aún así, hay unos cuantos aspectos que hay que tener en cuenta para lucir este calzado de uso tan extendido. Estas 10 reglas le mostrarán cómo lucir unas deportivas con estilo en (casi) cualquier situación.

1. ELIJA EL PAR ADECUADO

Las deportivas se presentan en todo tipo de variantes imaginables: desde diseños salvajes de fantasía en neón hasta looks sencillos monocolor. Lo primero que tiene que preguntarse es si conjuntan con su armario. Recuerde: cuanto más clásico sea el diseño, más fácil le resultará combinar las mismas deportivas con conjuntos tanto Deportivas informales como formales.

2. INVIERTA EN CALIDAD

Una piel de alta calidad y una elaboración exquisita son esenciales para que el calzado deportivo haga una transición perfecta a un entorno más formal.

3. RECUERDE: LOS OPUESTOS SE ATRAEN

Si hay un calzado que represente el estilo urbano y juvenil, son las deportivas. Por eso necesitan un contraste elegante: una gabardina moderna, o un blazer de corte nítido con unos chinos de algodón fino combinan a la perfección con unas deportivas discretas.

4. LLÉVELAS EN EL TRABAJO

Hace unos años, las deportivas solamente se podían llevar en la oficina los viernes, cuando se relajaba la etiqueta, pero hoy en día es habitual verlas en reuniones de negocios. Un estudio de la Facultad de Negocios de Harvard afirma que las personas que visten con estilo informal suelen dar una apariencia de mayor confianza. Contradecir determinados aspectos de la etiqueta indica que usted no depende de la opinión de los demás.
Si lleva unas deportivas con prendas de sastrería, el traje debe presentar un perfil ceñido. El largo de pantalón ideal sería justo por encima del tobillo.

5. COMPLETE SU LOOK

Elija  complementos de piel para coordinar el estilo con sus deportivas, bolsos de piel con textura y colores modernos.

6. NO SE COMPLIQUE

Unas deportivas de diseño nítido y minimalista rezuman estilo juvenil y discreto. Si prefiere un look elegante y sin estridencias, limite la paleta de colores a blanco, negro y marrón.

7. DEJE VER UN POCO DEL TOBILLO

Un detalle pequeño, pero muy importante: los calcetines tienen que ser invisibles, que queden por debajo de la línea de los zapatos para que sean cómodos y reflejen un estilo veraniego.

8. PONGA ALGO DE BLANCO EN SU COLECCIÓN

El blanco transmite sensaciones ligeras y frescas, por eso las deportivas blancas han sido siempre tan populares. Unos ribetes en crema o gris aportan un toque especial de elegancia. Destacadas con unos chinos de color luminoso, unas deportivas blancas presentan un contrapunto de calma.

9. CUÍDELAS BIEN

Invierta en productos de cuidado del calzado para tener las deportivas en las mejores condiciones y protegerlas contra los elementos. Guárdelas con una horma en el interior para prevenir la formación de arrugas.

10. ES IMPORTANTE SABER CUÁNDO HAY QUE DEJAR LAS DEPORTIVAS EN CASA

En último lugar, pero no por ello menos importante: En actos en los que rige una etiqueta estricta, por ejemplo levita o esmoquin, las deportivas son completamente inadecuadas y deben dejarse en casa.

Un Día Muy Especial

Buenos días a todos, hoy os cuento que ayer fue un día muy especial para una de nuestras compis de Asesoría de Imagen. ¡Se nos casó María!

Somos dos las personas que fuimos encargadas de hacerle las pruebas de maquillaje en el tiempo de práctica en clase. Rebeca, que es maquilladora actualmente y yo, que lo fui hace ya unos añitos y ahora he vuelto a retomar.

Ayer fuimos a casa de María, Rebeca se encargó de la madrina y yo tuve el placer de maquillar a la novia.

La verdad es que cuando llegué a su casa no le note muy nerviosa y con lo que es ella me sorprendió porque es como una lagartijilla que no para quieta. Salió a buscarme a la puerta principal con sus rulos gordos en la cabeza y el cigarrito en la mano que le caracteriza. Me ofreció un café y me presentó a su "marido" y al rebelde de su nene.

A los 10 minutos de llegar ya empezaron mis nervios. Tengo que confesar que siempre he sido algo insegura, aunque el resultado fuese el deseado. Desde que estoy cursando Asesoría de Imagen Personal voy confiando más en mi potencial e intento que esos nervios (miedos) no puedan conmigo. Algunas cosillas salieron "mal" como en muchos casos, pero supe solventarlos y no me sugestioné de la misma manera que siempre. Tenía una vocecita en mi cabeza llamada Rebeca, que me alentaba y me decía: "Tú sabes, tú puedes". Al final como de costumbre y para no variar todo salió bien. El maquillaje quedó perfecto, acorde con la personalidad de María y natural.

He de decir que por todas las circunstancias inusuales que rodeaban este momento me emocioné un poquito. Sobretodo no nos esperábamos que María nos hiciese llamar para hacernos unas fotografías con ella. Vistiéndola, abrazándola y tiradas en la cama sonriendo con ella en su gran día.

Salí de su casa con una gran sensación...

Gracias Rebe por tus "empujones" para que me lance a por todas.

Gracias María por tu confianza en un día como éste.

Olga

Una tarde de compras

Llega el verano y todos estamos deseando hacer el cambio de armario y ver esos vestidos sueltos, camisetas fresquitas, pantalones y faldas cortas...ropa que parece que os alegra la vida ante la ropa de invierno.

Un día decides irte de compras y poder llenar ese maravilloso armario que parece que se ha hecho más grande y tienes muchos huecos para rellenar de esa ropa nueva que quieres comprar.

Vas a ese centro comercial súper amplio, fresquito y lleno de tiendas pensando que eres la reina de las compras y que vas a salir con un camión lleno de bolsas con todas esas prendas que vas a lucir todo el verano.

Entras en la primera tienda, vas dando vueltas y piensas, ¿¿me habré metido en una tienda infantil??Pantalones extra cortos, camisetas por encima del ombligo....¿¿¿Pero esto que es???

Sales de tu primera tienda decepcionada, pero resulta que la segunda y tercera tienda que visitas son primas hermanas de la primera, en fin....Se te va bajando la moral.

Entras en una tienda normal, con ropa adecuada a tu estilo, coges un vestido, te lo pruebas, te aplasta el pecho...Coges una falda, te hace bolsa...Coges una camiseta, se te pega tanto que te marca la lorza que quieres disimular....con las camisas se te abre el botón del pecho...Madre mía que desastre....

Te das cuenta que tu reinado de compras se desmorona y decides irte a casa por donde has venido...
Total, la ropa del año pasado tampoco está tan mal, no?

Nos encanta celebrar acontecimientos y para ello nos reunirnos casi siempre en torno a una mesa para comer.

Cuando recibimos en casa queremos ofrecer lo mejor y para ello sacamos nuestras mejores vajillas mantelería  cristalería... me encantaaaaa.

Si los invitados son conocidos ya sabemos que no es imprescindible tirar de etiqueta pero a mi me gusta sorprender y no solo ofrecer buenos caldos y buenas viandas sino que me rechifla una mesa bien puesta con todo detalle.
El anfitrión recibira uno uno a los comensales y los llevara al sitio donde hemos decidido tomar primeramete una bebidas y algunas entradas pasado una media hora nos dirigirá a la mesa allí el presidirá a mesa y si no existe protocolo cada comensal se sentara según crean.... si no fuera asi es el anfitrión el que decidirá donde.
En la comida procuraremos evitar temas problemáticos tales como política  religión y futbol...
El café se tomara en el sitio donde decida el anfitrión con lo cual a lo mejor volvemos a estar en el sitio de inicio.
Una vez trancurrida la velada el anfitrión nos despedirá agradeciéndonos nuestra estancia.

Saber escuchar

Me gusta escuchar. Lo admito, y además lo practico habitualmente. A veces con un fin meramente didáctico, y otras, en cambio, para aprender más sobre la persona que tengo delante.

Cuando el fin es didáctico el resultado siempre es óptimo. En cambio, cuando la finalidad es saber más sobre la personalidad del interlocutor no siempre es lo que uno espera.

Saber escuchar no sólo es oír a otra persona, es mucho más. Se necesita empatía entre el emisor y receptor, un conocimiento previo de ambos, o que el tema de la conversación sea de interés para los dos. Si no, es mucho más complicado que se quiera escuchar.

También, es clave tener en cuenta que cuando escuchemos a alguien, sus sentimientos estarán presentes en la conversación, independientemente de que pueda gustarnos o no, y lo que tiene que interesar es la otra persona y no nosotros.

Si quieres ser un buen oyente:

·         Di No a los prejuicios. 

Debes tener la mente abierta. Esto te hará accesible para los demás. Nadie quiere tener una conversación con alguien que ya ha formado una opinión y no está dispuesto a escuchar. Esto no quiere decir que tengas que aceptar todos los comportamientos, sino dejar de emitir un juicio.  Esto te ayudará a entender lo que realmente se está diciendo.

·         No interrumpas constantemente. 
Además de ser una falta de respeto, denota que te importa más tu opinión que la de los demás y que no eres demasiado tolerante. 

·         NO preguntes por algo que ya te han contado. Es una característica típica de las personas que no saben escuchar a los demás…  Cuando las personas que te rodean siempre te dicen "pero si ya te lo dije ", malo. Deberías replantearte qué estás haciendo mal.

·         Evita estar pensando en cosas que tienes que contar mientras alguien habla. 
Parece que escuchas, y a lo mejor la persona que tienes delante ni siquiera se ha dado cuenta de que no es así. Pero estás pensando en otra cosa, en lo que vas a contar tú en cuanto la otra persona se calle… Por favor, intenta concentrarte en la conversación que estás teniendo.

·         Las personas que te rodean no te suelen contar hechos importantes. 
A las personas que no escuchan se las pilla fácilmente. Y a nadie le gusta contar cosas íntimas o importantes a alguien que ni siquiera va a tenerlas en cuenta. Si te has fijado en que últimamente las personas que te rodean no se abren contigo, pregúntate por qué. 

·         No grites para "tener razón" 
Esta es otra característica de los "malos oyentes": gritar. Piensan que la razón o, simplemente, el turno de palabra, se gana gritando. Entrena la tolerancia. 

Al escuchar se aprende:

Una ventaja cuando se sabe escuchar es que se eleva la autoestima de la persona que habla. Lo que los demás dicen es importante para ellos, aunque no lo sea para ti. Al escuchar con atención, expresarás que es importante y que tiene valor lo que dice. Con esto se genera un clima positivo para la comunicación y las relaciones interpersonales, contribuyendo a que la otra persona te trate con respeto y consideración. 

Otra ventaja es que, si sabes escuchar con atención, aprendes de forma indirecta. Todos somos expertos o conocedores en algún área en la que los demás pueden no serlo tanto. Escuchar a los demás amplia tu cultura, conocimientos y capacidad de compresión.

Aquel que es buen oyente destaca sobre lo demás. Porque además de escuchar y dejar hablar a los otros, demuestra que tiene apertura mental.

Aprendes a tolerar las críticas. Por eso mismo, cuando te toca dar tu opinión, lo haces sin ser agresivo y exponiendo claramente tus ideas. Quien sabe hablar también sabe escuchar. Y viceversa. Todo parte del respeto y el entendimiento.

Saber escuchar y dejar hablar a los demás es un síntoma de madurez. Sólo aquel que está preparado para ello sabe aceptar a los demás, incluso sus prejuicios, exageraciones y otras cosas que mucha gente no toleraría.

Y recuerda:

“Hablar es una necesidad, escuchar es un arte”.

-Goethe-.